El investigador Alberto Jiménez Solano es doctor en Física por la Universidad de Sevilla y actualmente trabaja en el Instituto Max Planck de Munich.
Su labor se centra en el estudio de la nanofotónica y de los nuevos sensores. Durante su estancia en el Instituto de Ciencia de los Materiales de Sevilla, realizó su tesis doctoral de la mano del grupo MOM (Materiales Ópticos Multifuncionales), bajo la supervisión del Prof. Hernán Míguez y el Dr. Juan F. Galisteo. Trabajo con el que ganó el segundo accésit del premio a la mejor tesis doctoral presentada en 2017, concedido por el Grupo especializado de Nanociencia y materiales moleculares (NanoMatMol) de la Real Sociedad Española de Química (RSEQ) y de la Real Sociedad Española de Física (RSEF).
Alberto Jiménez, José Luis de Justo, Santiago de León y Domecq, Antonio Franconetti, Gonzalo Millán y Marcelo Maestre.
A partir de entonces, su carrera investigadora en el estudio de las interacciones entre la materia y la luz, ha ido ascendiendo y eso le ha otorgado uno de los Premios Jóvenes Investigadores que otorga la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, unos galardones, que junto con la Real Academia Sevillana de Ciencias, llega a su trigésimo primera edición desde que en 1989 se inauguraran.
Han pasado tres años desde la última edición, que debido a la crisis sanitaria no ha podido celebrarse antes, por lo que se trata de la convocatoria correspondiente a 2019. A esta edición se presentaron un total de 50 propuestas de las que 20 correspondían a Biología, 5 a física y otras 5 a Matemáticas, 8 a Química y 15 a Tecnología.
La secretaria del jurado, Carmen Hermosín, ha destacado en la ceremonia de entrega, la dificultad de elección debido a la gran calidad que presentaban todos los trabajos. Cada premio de los que se ha dado, está dotado con 6.000 euros y va dirigido a jóvenes investigadores con menos de 35 años. Dos de ellos corresponden a la Real Maestranza (de los cuales uno se ha llevado Alberto Jiménez) y otro al de la Real Academia Sevillana de Ciencias.
Le auguramos un brillante futuro a este investigador, que desde sus comienzos en el ICMS ya mostraba que iba a ser imparable.