Un estudio impulsado por la empresa Pesquerías Isla Mayor S.A. (PIMSA) y llevado a cabo por científicos del Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis (IBVF) pone de manifiesto los beneficios nutricionales que aportan las microalgas en una explotación acuícola de las Marismas del Guadalquivir. La investigación corrobora los efectos positivos que tienen dos especies, Monoraphidium circinale y Nannochloris occulata, en la pigmentación o el desarrollo de los peces, que aprovechan los recursos naturales de su entorno.
Desde hace años, conocíamos los beneficios que reportan las microalgas a la biotecnología. En su metabolismo, las microalgas pueden generar compuestos de interés comercial, como ácidos grasos y aminoácidos esenciales, pigmentos, vitaminas, hidrógeno o hidrocarburos. A día de hoy son múltiples los grupos de investigación que se dedican a optimizar su aplicación industrial o a diversificar su rendimiento a nivel tecnológico. Sin embargo, el aprovechamiento de las microalgas en la alimentación animal no está aún tan extendido comercialmente como cabría esperar, a pesar de que los estudios en este campo se vienen realizando desde bastante tiempo atrás.